Debo ser esméril

- Doctor, yo debo ser esméril, o mi marido imponente, porque llevamos dos años de relaciones marítimas y aún no hemos tenido trascendencia.
- Querrá decir descendencia.
- Me es inverosímil. Ambas palabras son sinagogas; ¿no será, doctor, que todavía me hacen efecto los anticorrosivos que tomaba para no quedar embalsamada?